La pediculosis (infestación por piojos) afecta por igual a entre el 1 y el 3% de la población de los países desarrollados. ¡Son muchos millones de piojos!
Y es que estos pequeños parásitos humanos tienen su mérito. No sólo pueden provocar una verdadera alarma social (hay incluso estudios que demuestran los efectos psicológicos traumáticos en niños y cuidadores), sino que también han sabido mantenerse durante siglos alegremente a expensas de nuestras cabezas, sin correr el menor peligro de extinción, y últimamente han generado todo un fuerte sector económico dedicado a combatirlos.